Es obvio que para poder generar ahorro hemos de pensar a largo plazo y elegir productos que aporten una buena rentabilidad sin correr grandes riesgos.
Cuando los tipos de interés iban a la baja, estos fondos ganaban cada vez más rentabilidad al aumentar el valor de los bonos en los que invertía. Pero con los tipos en mínimos históricos, la posibilidad de que sigan bajando y se repitan esas rentabilidades ha desaparecido, por lo que este tipo de fondos con poco riesgo dejaron de ser interesantes como alternativa a un depósito a plazo.
Si aspiramos a obtener rentabilidad y tenemos un horizonte temporal de medio o largo plazo, incorporar fondos de renta variable para una parte de la inversión puede ser la opción más acertada.
Alternativas si no confías en los mercados bursátiles
Si prefieres no arriesgar también existen otro tipo de fondos que permiten rentabilizar la inversión.
Fondos de gestión dinámica
Son fondos de inversión que, mediante un control matemático de los riesgos que corren, buscan estrategias de inversión que permitan obtener una rentabilidad superior a la de los tipos de interés interbancarios.
Fondos garantizados
Fondos en los que sin perder el saldo de lo invertido, se consigue una revalorización ligada a la evolución de algún índice o acciones. Son una forma de apostar por la subida bursátil sin arriesgar el importe inicial.
En definitiva, diferentes opciones para rentabilizar nuestros ahorros adaptadas al perfil de cada uno y a sus necesidades.
La mayor protección para el inversor en Fondos
Una de las ventajas es la tranquilidad de saber siempre dónde está tu ahorro. La normativa actual protege al inversor y obliga a las entidades financieras a facilitar al cliente todo tipo de información sobre las características del fondo, tanto en el momento de su contratación como sus movimientos posteriores.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores da unas pautas sobre la clasificación de riesgo para cada fondo, que todas las entidades financieras deben seguir y hacer públicas. Además, exige a dichas entidades controlar la experiencia inversora y los conocimientos financieros que el cliente posee sobre el mercado en el momento de la contratación del fondo.
Ventajas fiscales frente al ahorro a plazo
La principal ventaja es que solo pagarás a Hacienda por los rendimientos que obtengas cuando reembolses, no antes, incluso el traspaso de saldos entre fondos, no supone tributación alguna.
Nos vamos a centrar en tres variables fundamentales: la rentabilidad neta del alquiler, el valor de la vivienda y la cantidad invertida.
Las hipótesis comunes a ambos escenarios son:
Un periodo de 20 años
Una rentabilidad neta del alquiler del 3,5, 4 ó 4,5 por ciento
Ventas periódicas de la compra cada 3, 4 ó 5 años.
Participación de todos los dividendos recibidos, tanto del alquiler como por la venta del inmueble y la liquidación de la sociedad